viernes, 21 de septiembre de 2012

DECISIONES! todo cuesta. Salgan y hagan sus apuestas, ¡Ciudadanía!


A medida que voy observando o viviendo cosas, me entusiasma más escribir de aquellos temas que marca pauta en la vida de cada uno. El tema de hoy “DECISIONES”

Decisiones, cada día. 
Alguien pierde, alguien gana 
¡Ave María! 



Cada día, en cada momento estamos en una toma constante de  decisión que no hace cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Para mí lo más importante para tomar una decisión, reflexionar ¿Cómo me siento respecto a esta situación? ¿Qué quiero para mí? ¿Soy Feliz? Esta ultima la coloque como 3 pregunta pero en realidad debería ser la primera en nuestra lista de evaluación para la toma de decisión.



Para lograr tener una respuesta, solo tenemos que cerrar nuestros ojos e intentemos imaginarnos cómo será el futuro, tenemos que imaginarlo siempre de forma positiva para que nuestros miedos, inseguridad, y negatividad no haga que tu imaginación destroce tu futuro imaginado. Luego poner una lista (aunque nos parezca tonto) de cosas positivas y negativas que nos traería tomar esta decisión. Importante: Evitar concluir con un estado emotivo (ira, molestia, tristeza),  ya que cuando este tipo de emociones nos invaden, es inevitable incurrir en errores de los que, más tarde, nos arrepentiremos.


He observado que hay personas que les cuesta mucho tomar decisiones importantes, le cuesta mucho desprenderse de su pasado y presente. No piensa en el futuro que podría ser muy positivo en su vida. Siempre están pensado en el resultado que puedo ocasionar esta decisión, y mayormente siempre es malo. Yo era una de esas personas, con dificultad de tomar una decisión

Hubo momentos que no podía tomar una decisión, y optaba por dejárselas en manos de otros, continuaba con lo mismo que no quería; las mil y una excusas para no decidir qué hacer. Pensaba “Como vamos yendo vamos viendo” “Esperemos que pasa” “esto no me gusta, pero no puedo hacer otra cosa, si no esperar” “tengo miedo”.


Hasta que leí estas líneas en un blog:

El que no arriesga…
Por lo general, cuando se decide, se intenta anclar en un puerto que acaricie el alma (léase, quedarse tranquilo). Sin embargo, ese propósito puede hacernos “pisar el palito” y que terminemos poniéndonos en las manos de los demás a la hora de resolver. Cuando esto sucede, naufraga la capacidad de perseguir los propios deseos. Tomar una decisión es enfrentar secuelas que pueden ser positivas o negativas. Para muchos, es más cómodo que otros definan por ellos, para luego desentenderse del resultado. O sea, se desligan, lo que demuestra un grado preocupante de inmadurez.
Quienes caen en esta trampa son dependientes, rasgo que germina con los padres y madura con los amigos, las parejas, etcétera. ¿Cuál es el pecado? Creer que no pueden solos. Ya lo dice un sabio refrán: ‘El que no arriesga, no gana’. ¡Y es así! No hay aventura más grande que la de jugársela. Quien se anime a esto subirá un nuevo escalón en su vida. Por supuesto que los riesgos deben ser inteligentes, es decir, que no son solo fruto de la intuición, sino también de la información acumulada.

 ¡BUM!  Suficiente para que me diera cuenta que estaba pasando en mi vida. Estaba dejando que otros decidieran por mí, no era feliz, no era lo que quería para mí. Comencé a imaginar lo que quiero para mí, empecé a reflexionar con profundidad el camino que quiero. Y empecé a manejar mi vida, de la manera que yo quiero que sea. Me he equivocado en varias ocasiones en mis decisiones. Pero cada uno ha sido necesario para lograr ser lo que soy ahora, no me arrepiento de nada. Observo que no hay decisiones correctas por defecto, ya que lo que es bueno para mí, quizás no es bueno para ti. No hay decisiones perfectas. Lo importante ser responsable de la decisión que tomes y dejar los miedos al fracaso a un lado. Todo para lograr ser feliz y satisfecho contigo mismo.

“Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia”
Paulo Coelho

Evali Piñate 

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